martes, 18 de diciembre de 2012

Juicio corto sobre un sutil atropello

Poco escribo, había dicho una vez, así que justifico que el tema que voy a exponer sea corto, se pueda tratar en extenso y deje muchas cosas por escribir.
Un elemento que trato es el mal proceder de una persona común hacia sus congéneres,  es decir, otras personas comunes; esa que circula la calle, visita e interactúa con personas de distintos ámbitos sociales, políticos y de diversos ámbitos laborales, edades, a eso me refiero con común.Vivo en una sociedad viva, muy móvil, muy cambiante, muy maleable, recientemente hubo votaciones cerca de mi localidad, pero me llama la atención lo sucedido, pero no hablaré de política, pese a posiciones y creencias, que pueden ser de mayor o menor aceptación, tengo una postura (que podrían intuir o especular los lectores) que no es universal, en especial cuando se trata de algo imperfecto y cambiante como lo es lo humano.
Me parece una gran ironía pasar por encima de los demás en aspectos, que pueden sonar sutiles a nuestros niveles de creencia de cualquier índole, siendo personas comunes que salen a la calle y saludan, tiene vida social, va y compra el diario, el boleto del metro, habla con algún ámbito de personas que comparte algo en común y con otras no tanto. He leído varios comentarios de insatisfacción por no haber ganado su posición X en política, pero viendo con una universal visión del mi mismo y mi gran ideología del yo soy el creyente de la verdad única, no cambiante e irrefutable forma de pensamiento, veo de mal proceder, que esta persona común atropelle de manera tan sutil a las personas emitiendo el comentario acerca de las personas que eligieron a su favor con una expresión como " lo que somos gente (o lo que somos el país) ganamos en tal (o cual) lugar". ¿Acaso lo que votaron o manifestaron otra visión no son gente? ¿No son de ese país? Mi pregunta es si esa persona a diario habla con seres invisibles al tener tal prejuicio. 

martes, 4 de diciembre de 2012

Vuelve Pacheco

Vuelve Pacheco adelantado en diciembre del 2012... en la parroquia no deja de soplar el viento frío que baja del Ávila.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Queja o querella

En casi toda mi vida , he presenciado la crisis moral en distintas instancias, personas, pero cambia de ambiente, se materializa y dosifica en formas parecidas a una copia que se degrada a cada paso, se propaga, pero en muchos casos no se percibe su extinción (cabe destacar esto último): Parece ser un aspecto que se genera como forma de supervivencia o aprendizaje y circunda en algo que llaman facetas o etapas de la historia.
No me quejo de la posición personal que adopte alguien respecto a sí mismo, pero es natural que en primer lugar no existen los sistemas aislados, y la mente, cámara anecóica que guarda y procesa, no está exenta de esto. La idea, es que siempre el aspecto problemático se presenta cuando nos perjudica a todos. Y sí, decir cuando se nos perjudica, pero el sistema nunca aislado nos trae también el aspecto de que la voluntad individual no es propia, y que tampoco se mide el grado de afectación del individuo que padece de esta crisis. El atropello que puedan crear, las molestias que generan pueden ser de grados tan fuertes que si lo miramos de otro aspecto, al menos personal, menos mal y quedo agradecido en no ser ni sentirme capaz de vivir con las condiciones de odiar, de destruir de esas personas. Vivir en esa condición sería suicidio y solo seres como ellos lo pueden soportar. El problema es, esas personas se pueden remediar? Y de ser afirmativo Puede realizarse en contra de su voluntad? por imposición, miedo o coacción parece ser las vías más rápida, pero al menos ( a lo largo de la historia), son las más frecuentes y las menos efectivas que han existido.
En inicio comencé a escribir acerca de quejarme, de luchar, pero hasta los seres armados en cada una de sus acciones se pueden envolver en sus objetos de ataques. Sin embargo a nivel individual, que puedo hacer para cambiar o ver el cambio? Cierto es que no tengo una respuesta exacta, solo aproximaciones que me han ido dando las distintas personas que he tratado y que creo debería probar, solo me han convencido. Entre ellas están la autotransformación y la ejemplificación con los actos, aún los más pasivos, los que nacen de la creación, el amor a las cosas y el agradecimiento a todos los aspectos que vivimos por poco percibidos que se manifiesten.